Un fenómeno muy común en Africa es la llamada fuga de cerebros; este consiste en la marcha de los africanos fuera de las fronteras de este continente para estudiar y formarse académicamente pero no con su consecuente regreso. ¿Por qué se produce? ¿Cuál es la razón para que estos africanos no vuelvan a su lugar de origen? Vemos estas preguntas en primera persona por un africano que se ha visto afectado por este fenómeno, EMEAGWALI.
La causa principal de la fuga de cerebros hacia el exterior son los irracionalmente bajos salarios que perciben los profesionistas africanos. Lo contradictorio es que gastamos cuatro mil millones de dólares anualmente para contratar y pagar a 100,000 expatriados para trabajar en Africa pero fallamos en gastar una cantidad similar para emplear a 250,000 profesionistas africanos trabajando actualmente fuera de Africa. Los profesionistas africanos que trabajan en Africa reciben sueldos considerablemente menores que los que se pagan a expatriados con la misma preparación. También tenemos una fuga de cerebros interna cuando las personas no son empleadas en sus áreas de conocimiento. Por ejemplo, mucho oficiales de la milicia son políticos con uniforme y algunos médicos tienen trabajos nocturnos como conductores de taxi.
No se vuelve al país de origen porque las condiciones socioeconómicas hacen difícil para nosotros realizar nuestro potencial. La inestabilidad política incrementa la tasa en la cual los profesionistas africanos emigran a naciones desarrolladas. Muchos profesionistas emigraron durante los brutales reinados de Idi Amin, Mobutu y Sani Abacha. La guerra en Sudán entre el norte islámico y el sur cristiano ha originado la emigración de la mitad de los profesionistas sudaneses. En 1991, uno de cada tres paises africanos estaba afectado por conflictos. Hoy, existen más refugiados de Africa que de cualquier otra parte del mundo.
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